martes, 30 de noviembre de 2010

Claudia Albertario es gorda

Hace meses que mi teléfono anda como el culo. Aclaro que mi teléfono es un Blackberry por lo que DEBERÍA funcionar como oro (no se como funciona el oro pero es caro y tiene que funcionar bien por default). Primero empezó por no andarle el zoom de la cámara. Después la cámara por completo. Después el problema mayor: en menos de 2 horas se me gastaba la batería y se apagaba. Ah ok. Después el 15 de octubre decidió: "Hasta acá te guardo, no me hinches más". Y todo lo que pasó después del 15 de octubre quedó flotando por la estratósfera porque mi teléfono no lo guardó. No es menor el detalle tampoco de que es un BlackBerry pero lo usaba como un Nokia 1100 porque nunca tuve una función copada como el mail, el twitter y el meimportatrescarajos. Bueno. Decidí tomar riendas en el asunto.
Hace 2 semanas fui a un negocio de Movistar y me dijeron, "acá no". Así que fui a otro, y me dijeron "acá tampoco". Hasta que fui a un tercero y me dijeron, "aca tampoco, pero tenés que ir acá". Ese día se me terminó entonces tuve que ir "ahí" otro día.
Finalmente llegó el día en que fui al servicio técnico de Blackberry. Es un garage enorme con una oficina un poco mas grande que mi cuarto donde ahí atienden todos los problemas de Blackberry en el país. En 5 ventanillas Blackberry te soluciona los problemas. 
Me anuncio con la recepcionista que me pregunta si soy la apoderada de la línea. "No", le digo, "es mi papá, está a nombre de su empresa"- La recepcionista anota mi número de línea y aprieta 897503475934759834 teclas hasta que sonríe, me mira y me dice, "esta línea no está asociada a tu teléfono, tenés que hacer eso primero". Ah. De paso le dije que me andaba mal la batería y literalmente se robo una de una caja y me la dio. Divina. A todo esto a 3 ventanillas mía estaba Claudia Maradona quejándose de algún problema con su Blackberry. Los famosos de cerca son raros.
Otro día (ya vamos 3) voy con mi papá, el apoderado, a asociar mi línea de teléfono al Blackberry. Obviamente esto se hace en otro lugar diferente, por lo que ya visité 5 locales de Movistar. No sería grandioso que el service técnico y el de línea se hicieran en el mismo lugar? Una idea para pensarla les tiro nomás.
En fin. Llegamos. Lo hacemos. Nos vamos. Fue bastante expeditivo.
Hoy, finalmente, volví al servicio técnico de Blackberry. Me anuncio de nuevo, de paso le digo a la recepcionista que su batería no me funcionó para un carajo y me vuelvo a sentar esperando a que me llamen. De repente, entra un chico, se anuncia y se sienta al lado mío. Por instinto nomás, lo miré. Era Benjamín Rojas, el ex rompecorazones de chiquititas y Rebelde Way. Mi primera reacción fue: "pobre". Después recapacité y pensé, "algo de plata le debe haber qudado". Todo el tiempo miraba a ver si alguien se daba cuenta de quién era, una imagen tristísima porque al parecer la única que sabía quien era, era yo. Cuando aceptó que era irrelevante en la vida de la gente que estaba ahí adentro, se puso a jugar con su Blackberry, exactamente igual al mío. Cuál sería el problema de Benjamín Rojas y su teléfono. Imaginé una charla irreal entre él y yo en la que criticabamos a Movistar y a Blackberry y nos pasábamos nuestros Pins. No pasó.
Miré por la ventana y de nuevo una aparición: esta vez de la mano del Chato Prada, productor ejecutivo de Ideas del Sur. Entró hablando con alguien por su Blackberry que al parecer también funcionaba mal. Al Chato Prada le deben decir Chato porque es literalmente chato. Apenas supera el metro 55. Me le quedé mirando un rato, capaz en una de esas levantaba el teléfono y hablaba con Tinelli, o aun mejor, con Peter (Alfonso). No pasó nada. Mis ilusiones se estrellaban contra el piso todo el tiempo.
Mientras esperaba que me resetearan el teléfono (sí, me tuvieron que resetear el teléfono de lo mal que andaba) se abrió nuevamente la puerta. Entro una mujer chaparra pero con unos zapatos ALTÍSIMOS pero eran horribles. O sea eran muy feos. Yo no soy el gurú de la moda (más bien lo contrario) pero estos zapatos eran HORRIBLES. Eran ordinarios. Me llamaron demasiado la atención. Yel pelo. El PELO de esta chica. Todo quemado, teñido de 10 mil colores, parecía una llama de fuego, literalmente. Naranja, rojo, amarillo. Un desastre. Se anuncia como todos. Se da vuelta. Claudia Albertario. Dios mio. ¿Cuántos famosos tienen Blackberry en el mundo? Todos. Pero lo primero que pensé fue.. "uy! como está!". De gorda. Esa mujer es GORDA (además lo cagó a Personal de arriba de un pino pero ese es otro tema). En serio. Cualquier mujer no-famosa no tiene nada que envidiarle. Tiene las piernas del tamaño de dos tanques y el culo le está por explotar. Y eso que me cae relativamente bien, estos comentarios no vienen desde un odio interior, en serio. De todas maneras, Claudia se da vuelta y se fija donde puede sentarse. Elige sentarse lejos de la plebe, en una silla sola apartada de todo el mundo, al lado de una vitrina con teléfonos. Un hombre que estaba siendo atendido en una ventanilla cercana se dio vuelta de la manera menos disimulada del planeta y se le quedó mirando unos 40 segundos seguidos. Muy sutil.
De la nada, sale una chica de una puerta del fondo y la saluda a Albertario como si estuviera por dar a luz en cualquier segundo:

"¡Claudia! ¿cómo estás? ¿está todo bien? ¿estás cómoda?"
"Si, si, lo que pasa es que...."

Y ahí todos nos pusimos a escuchar atentamente qué problemas tenía Claudia Albertario con su teléfono. Como si Claudia Albertario fuera una especie de humano superior que no puede tener problemas en su celular, y si los tiene, deben ser algo fuera de lo común, indescriptible para nosotros, simples mortales.
Al poco tiempo lo llamaron a Benjamín Rojas que estaba esperando hace más que Claudia y sin decirle hola al de la ventanilla, explota con: "¡NO PUEDO MANDAR MAILS!". Pobre Benjamín, no puede responderle el mail a la única fan que le queda. Después lo llamaron al Chato Prada, pero no pude escuchar su problema. Seguramente el medidor de rating especializado para BlackBerry se autodestruyó luego de que la Mole se tirara a una pileta de 1 metro de profundidad de cabeza.
Y así pasaron los famosos por el servicio técnico de BlackBerry. Benjamín se fue feliz con una caja nueva, Claudia aun no se fue, por lo que pienso que al final el problema era insospechado para la gente normal, y el Chato nunca recibió el servicio porque nunca separó el teléfono de su oreja.
La única conclusión que me queda es: Que mal funcionan los BlackBerry.

1 comentario:

Lochis dijo...

No sé...yo te cuento entre las personas famosas. No sé. Digo.

¿Ves? Por eso no tengo Blackberry y ando con un celular heredado.

Cerdos capitalistas...¬¬ (sí, aprobé Sociología. FelicitenmeN)

Besos