jueves, 19 de febrero de 2009

FLOGGERS: EL NUEVO GEN ARGENTINO. AH RE.


(advierto esto es muy viejero)

Tribus urbanas

Tienen entre 13 y 18 años y cada vez son más. Hijos de la nueva generación de internet, los floggers llegaron para quedarse.


“Ah re que está contando cuantas veces decimos ‘ah re’!”. Tres más. Les hago señas de que sigan hablando mientras dibujo 3 palitos en mi anotador, y pasan a formar parte de los otros 23 que ya anote…
Son las 4.30 de la tarde de un miércoles. Acabo de entrar al Abasto Shopping y una marea de colores brillantes me marea por un segundo, un distante “punchi-punchi” me advierte que encontré lo que buscaba. Su pelo es totalmente lacio, en la mayoría de ellos, casi negro, y todos, sin ninguna excepción, se llevan la mano a la cabeza, especialmente a su flequillo, en lapsos de pocos segundos. Llevan puestos los famosos pantalones “bombilla”, ahora llamados chupines, en rojo, azul eléctrico, amarillo, violeta. Se me hace difícil discernir entre hombres y mujeres; es un look andrógeno inconfundible. Adictos a la música bolichera y a la página de Internet Fotolog, esta nueva tribu urbana es cada vez más popular: los floggers.
Con cuidado e intentando pasar desapercibida (aunque fue complicado al no poseer absolutamente nada del look flogger) me acerqué a dos desprevenidos y les pregunté sus nombres, a lo que respondieron “¿mi nombre o el del fotolog? Ah re! Jajaja”.
Un fotolog es una página de Internet en donde el dueño puede subir fotos suyas y hacer un comentario sobre ella. Al mismo tiempo la página otorga un espacio para 20 comentarios para que otros fotologuers comenten sobre esa misma foto. En el año 2006 la página fotolog llegó a su cumbre: 6 de cada 10 adolescentes* admitieron tener fotolog y usarlo diariamente durante ese año. A mediados del año pasado, sin embargo, otra página acabó con la popularidad de fotolog. Facebook, una página que ofrece subir fotos en cantidad masiva junto a videos y otro tipo de aplicaciones, se llevo a la mayoría de los usuarios de fotolog para siempre. Pero algunos fieles se aferraron a Fotolog con alma y vida. Y cuando digo alma y vida me refiero literalmente a alma y vida.
Los floggers formaron una ronda alrededor de dos chicos que, mientras sujetaban sus celulares contra sus oídos, procedieron a bailar electro. Esta forma de bailar es extraña y difícil de explicar ya que es poco comparable con algo. Más difícil aun, es poder bailarla. Es un baile robótico más parecido a una coreografía que otra cosa. Los floggers que estaba entrevistando (.com/electro_da y .com/esreflash) me invitan a bailar con ellos. Respondo que no porque simplemente no me considero lo virtuosa suficiente como para bailar electro y ante mi negativa electro_da y esreflash insisten aun más. Son tan persistentes que sus compañeros floggers empiezan a batir palmas para que baile con ellos. Evidentemente por sus risas, mis esfuerzos no fueron suficientes. En la charla amena que tuve con estos chicos y algunos más (.com/frutillamelom y .com/sseree) me confesaron que les molesta que la gente los denomine floggers: “Sí mucho. El término salio de los mismo adolescentes, fue un termino que se terminó usando por todos, a partir del término Fotolog, la prensa tiene algo que ver porque lo difundió a través de toda la sociedad, ya sea adulta o adolescente”, dice Sergio Acosta de 16 años.
Miró alrededor una vez más y esta vez noto algo diferente. Además de la marea de floggers presente, había alrededor una gran cantidad de gente mirando, algunos incluso estaban filmando. “Nos causa mucha gracia como bailan y que se reúnan todos acá. En YouTube esta lleno de videos de ellos y de gente que los filma”, comenta Joaquín de 18 años. No hay una sola persona que entre al lugar y no los mire. Son el nuevo show del Abasto y su público es cada vez mayor. Dedico unos 45 minutos a mirar a la gente que los mira. Hay personas que llegan y se sientan solo a mirarlos. “La gente sabe que vienen porque ven a la policía rodeando el shopping y estos se enteran por el chat”, me dice un hombre de seguridad del Abasto.
Después de dos horas de observar decido que es momento de retirarme de la “fiesta flogger”. Me despido de mis nuevas amistades que me piden mi Fotolog. Noto cierta tristeza al decir que no tengo pero pudimos intercambiar mails. Cuando llego a las puertas del abasto me doy vuelta y hecho un último vistazo al baile electro. Con diferentes punchi-punchi de fondo, tiro una patada… No, definitivamente no me sale.