domingo, 28 de mayo de 2017

Qué pienso de Malibu de Miley Cyrus

El nuevo tema de Miley Cyrus salió al mundo hace poco menos de una 1 semana y ya es un éxito total. El fin de semana pasado lo interpretó por primera vez en vivo en los Billboard Music Awards para el placer de los presentes y millones de televidentes alrededor del planeta. Que Miley Cyrus cantaba bien lo sabíamos hace muchos años, pero algunos episodios de su pasado habían logrado eclipsar su voz e interpretación que hoy llegaron a un nivel de maduración exquisito para oídos que nunca se habían permitido escucharla. Vi varios rostros sorprendidos cuando les dije que era un tema de Miley lo que estaban escuchando con tanta paz y felicidad.

Desde el fin de Hannah Montana, la jovencita oriunda de Franklin, Tennessee realizó tremendo viaje instrospectivo sobre quién era además de una figurita del megaimperio de Disney. Todo desembocó en su tercer disco de estudio como Miley en 2013, Bangerz. Acá se dedicó a frotar el culo contra lo que se le cruzara, popularizar para siempre el twerking y lamer todo lo que tocara el sol. El primer single, We can't stop descubrió a la hija de Billie Ray Cyrus en full on rebeldía, con el pelo rapado, un físico escultural y una letra rindiendo homenaje a sus noches de locura con amigos y algunas drogas poderosas. Definitivamente Hannah Montana había muerto y en su lugar apareció esta mujer que de una vez por todas nos despejó las dudas sobre su virginidad y entró pateando todo para anunciarle al mundo que Disney ya no era su dueño. Pero este disco también contenía temas como Wrecking ball, una poderosa balada en la que describía una relación tormentosa. Vi varias interpretaciones de esta canción y no hay ninguna en donde no se me ponga la piel de gallina. Les dejo acá una de mis preferidas en el escenario de SNL.



Durante esta transición de niña buena a reventadita, Miley se había comprometido con su novio de hace unos años, el actor Liam Hemsworth. Muchos se preguntaron cómo se estaba tomando el autraliano este cambio repentino y violento de su novia y cómo afectaría la relación. Miley usaba cada vez menos ropa en la tele y toda su imagen gritaba sexo explícito. Como era de esperarse, la pareja se separó antes de que termine el año 2013, dejando a Miley y su repertorio arrollador en la puerta de la soltería con tan solo 21 años: caos.

Lo que siguió después fueron 2 años de la cantante en constante escrutinio del ojo público. Miley era el ejemplo de todo lo que estaba mal, lo que le hacía la fama a los niños, el resultado de la droga cuando sos joven. En noviembre de 2014 fue invitada a los VMAs para realizar uno de los muchos shows en vivo que contiene la entrega de premios. El resultado fue un show que muchos medios calificaron de mal gusto, con Alan Thicke apoyándole el pito en el culo a Miley y luego ella masturbándose con una mano de gomaespuma gigante. Todo muy fino. 

En 2015 luego de haber hosteado los VMAs por primera vez en su vida (y una noche con atuendos cada vez más bizarros), lanzó su 5to disco de estudio comúnmente llamado Petz. Este álbum, injustamente ignorado, abre con una canción sobre fumar marihuana y hacer lo que se te cante el culo. Pareciera que todos los demás temas serían así pero la mayoría del tracklist son baladas tristes en las que Miley constantemente hace referencia a que no está conforme, que no sabe lo que quiera y que extraña desesperadamente a alguien. Recomiendo el último tema del disco, Twinkle para cuando estén medio abajo. En resumen: Miley comenzaba a cambiar.

A finales de ese año el rumor de que las cosas estaban desfreezándose con Liam Hemsworth era cada vez más fuerte. Y a Miley se la veía más tranquila. Las noticias de ella drogándose o haciendo el ridículo en público escaseaban. En su Instagram se podía apreciar que estaba llevando una vida más zen, más centrada. El terreno para Malibu es estaba preparando.

Ya en 2016 tuvimos confirmación que la pareja volvió a estar comprometida y que se mudaron juntos. En las redes el amor salía a borbotones. Su relación con Hemsworth la puso de nuevo en eje, como cualquier relación saludable debería. Miley estaba feliz.

Y así llegamos a Malibu, un tema que transporta a quien lo escuche. La interpretación del tema en los Billboard me puso la piel de gallina. Hacia el final de la canción Miley se quiebra y se le llenan los ojos de lagrimas y agradece. El público se para para aplaudirla y gritarle. Es como si esa interpretación la haya redimido de todos sus episodios de adolescente rebelde de los últimos años y por los cuáles fue juzgada hasta músicalmente. Miley Cyrus es una joven talentosa, siempre lo fue, pero la vida se le impuso y tuvo que conocerse a sí misma con todo lo que ese viaje interior supone. La diferencia fue que ella tuvo que hacerlo con los ojos de todo el mundo sobre ella. Pero salió del otro lado del túnel con un álbum que promete ser maravilloso. Miley se mostró frente al mundo como una mujer madura y completamente enamorada. Los años de droga y locura quedaron atrás, pero sin ellos, sin todo lo que fue descubriendo en ese camino, hoy no tendríamos este disfrute musical. Gracias Molly pero ahora solo hay espacio para el talento.






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